Todos los detalles de este evento literario realizado del 1 al 4 de octubre en Avenida de Mayo, que posicionó a la capital argentina en el mapa mundial del género negro.
Por Mario Zegarra
La Semana Negra BA 2025 cumplió y superó las expectativas. Fue un festival de inmersión total. Desde los talleres hasta el lleno total de la mesa judicial y la de adaptaciones, pasando por dieciocho invitados internacionales y el arte en vivo del Pulpo Negro, el encuentro reafirmó que Buenos Aires ya posee su gran fiesta de la intriga. Pero fue el sábado, con su cierre magistral, el que lo elevó a la categoría de ineludible.
Del 1 al 4 de octubre, Buenos Aires se convirtió en el epicentro mundial de la literatura policial, y acogió la segunda edición de la Semana Negra BA. La columna vertebral de esta edición fueron sus más de ochenta escritores invitados, quienes con su presencia consolidaron al evento como la cita más relevante del género negro en la región. Esto se debió a la acertada y visionaria curaduría de Loyds, quien con maestría seleccionó cada voz y cada panel. Con esta selección, el evento elevó el estándar de las charlas, y se convirtió en un imán para lectores, cronistas y amantes de la oscuridad.
El pulso del festival se mostró en todo su esplendor en la propia arquitectura de la Casa de la Cultura, en plena Avenida de Mayo, cuyos interiores funcionaron como un palpitante corazón ensangrentado. La gestión estratégica de Omara Barra, coordinadora de Contenidos del Ministerio de Cultura GCBA, junto a su equipo, lograron una ambientación que resultó increíble. Los salones y los pasillos se transformaron en escenarios de crimen y misterio, lo que garantizó una inmersión total de los asistentes. A este titánico esfuerzo por la infraestructura, se sumó la excelente coordinación y el trabajo del equipo del Espacio Borges, bajo la batuta de Mariana Soba, quienes aseguraron que la logística y el flujo de contenidos funcionasen con una precisión encomiable.
Otro aspecto clave: el festival fue un verdadero punto de encuentro para toda la cadena de valor del género. Prueba de ello fue la presencia de figuras claves de la industria, como la reconocida agente literaria Silvana Merlo, lo que confirma el peso que el evento posee como centro de negocios y escenario de futuros contratos editoriales. A ella se sumó la presencia esencial de Gabriel Wainstein, cuyo programa “El dulce veneno de la novela negra” (disponible en YouTube @eldulcevenenodelanovelaneg1886) lo posiciona como un nexo fundamental entre autores y lectores. Además, un punto a destacar es que la librería del festival garantizó la disponibilidad de los títulos de todos los autores participantes, lo que aseguró que el público pudiese llevarse la obra autografiada, gran acierto logístico que culmina la experiencia.
La Semana Negra inició con las palabras de bienvenida y la inauguración oficial el 1 de octubre. Pero el pulso se encendió el jueves 2, y la afluencia creciente de público culminó con el evento más convocante de ese día. La mesa sobre “Didáctica del crimen: cómo se investiga en el mundo real y en la ficción” –realizada en el Centro Cultural y Librería del Fondo de Cultura Económica (Costa Rica 4568), otra sede del festival– generó un lleno total con asistentes de pie en los pasillos, incluyéndome. La conversación, guiada por Gastón Intelisano, contó con la participación de la Dra. Albertina Carón (secretaria del Juzgado Federal Nro. 3, quien brillantemente ilustró la parte legal de estas investigaciones), Facundo López Bravo (Cibercrimen), Ailén González (Perito), y la ineludible perspicacia de la criminalista Cintia Rojas, confirmó el apetito del público por desentrañar el cruce entre ficción y verdad judicial.
Si algo definió la ambición de esta edición fue su dimensión internacional. El evento convocó una pléyade de talento transcontinental, con una delegación de dieciocho invitados internacionales que viajaron desde todos los puntos cardinales del universo negro.
La lista de invitados internacionales incluyó a Juan Angulo (Chile), Ramón Díaz Eterovic (Chile), Martín Doria (Colombia), Marcelo González Zúñiga (Chile), Julia Guzmán (Chile), David Knutson (Estados Unidos), Leydy Loayza (Perú), Ernesto Mallo (España-Argentina), Paula Martínez (Francia), Rodolfo Pérez Valero (Cuba), Carlos Salem (España), Paco Ignacio Taibo II (México), Mónica Torres Torija (México), Luis Valenzuela (Chile), Miguel Ángel Vargas (Chile), Valeria Vargas (Chile), Carlos Zanón (España) y Mario Zegarra (Perú).
Las figuras internacionales se codearon con autores argentinos, entre los que destacan Claudia Piñeiro y Guillermo Martínez, junto a Eugenia Almeida, Horacio Convertini, Nicolás Ferraro, Kike Ferrari, Mempo Giardinelli, Silvia Hopenhayn, María Inés Krimer, Marcelo Larraquy, Pablo Martínez Burkett, Leo Oyola, Mariano Quirós, Reynaldo Sietecase, Patricia Suárez, entre otros.
Una mención de honor especial debe ir para Mónica Torres Torija. Su participación como moderadora en la mesa “Voces del noir latinoamericano: el policial al sur en los andes” fue la más sesuda y mejor preparada de todo el festival. Con una lucidez y una profundidad magistrales, la crítica mexicana demostró un manejo exquisito del debate, y elevó el intercambio entre los autores de Chile, Argentina y Perú. Su destreza la destacó como figura fundamental para entender el futuro crítico del género.
La inmersión en la Casa de la Cultura se completó con fuerte componente visual: el festival abrazó la novela gráfica y la ilustración en vivo, lo que demostró el cruce fértil del género con las artes visuales.
El espectáculo más llamativo, y que mejor reflejó esa increíble ambientación, fue el “Patio Ilustración Espacio Moebius”. Allí, durante los cuatro días, se desarrolló a la vista del público la creación de una historieta basada en una adaptación de la mítica serie “El pulpo negro” de Narciso Ibáñez Menta, con guion de Luciano Saracino. La obra se concibió como un monumental cadáver exquisito creativo, donde distintos talentos dieron vida a las viñetas. La propuesta alcanzó su punto cúlmine con la participación de los artistas Flor Gavilán, Diego Rey y Dolores Alcatena, quienes dieron forma visual a las profundidades de la maldad. Ver cómo la tinta cobraba vida y la historia del Pulpo Negro se materializaba en el papel, fue una experiencia que recordó la potencia de lo artesanal en la era digital.
El indiscutible golpe de calidad y broche de oro se vivió el sábado 4 de octubre: jornada final repleta de una explosión de talento y debates profundos. La tarde empezó con “Tradición del género negro en América”, con la visión de Paula Martínez (Francia) y David Knutson (EE. UU.) junto a Guillermo Orsi. Le siguió la discusión sobre “Voces del noir latinoamericano: editar y publicar género negro hoy”. Después, dos paneles brillaron: “Ciudad, crimen y contracara” donde destacó la participación de Kike Ferrari, y “Un punto al sur. Chile negro”, una mesa que se recuerda por la elocuencia y el pulso firme de Valeria Vargas.
A las 18 horas, un inamovible público sediento de sangre, abyección y crimen llenó a tope el auditorio: “Librazos, guiones, adaptaciones y plataformas”, con Leo Oyola, Martín Baintrub y Horacio Convertini, quienes demostraron el furor por la transformación del noir en éxitos de cine y streaming. Esta fue otra actividad con lleno total.
Finalmente, el festival cerró a lo grande. La última mesa, “Derivas del género negro”, reunió a tres nombres fundamentales: Guillermo Martínez, Eugenia Almeida y Sergio Olguín. Esta conversación ofreció una cátedra sobre el futuro del género.
El rotundo éxito de la Semana Negra BA debe venir acompañado de autocrítica constructiva para su tercera edición, donde se deben expandir sus horizontes.
Para consolidar su estatus de “festival internacional”, la organización debería buscar una mayor paridad entre autores nacionales y los invitados extranjeros, cuya presencia fue ampliamente superada por las voces locales.
Por otro lado, la demanda superó la oferta en las propuestas especializadas: el Tour del Hampa agotó sus cupos el primer día. Esto demuestra que se necesita ampliar el aforo o duplicar la frecuencia de estas actividades más acotadas.
Como sugerencia final para elevar el perfil del festival y atraer talento, la creación de un Premio Literario de Novela Negra “Semana Negra BA” posicionaría a Buenos Aires como plataforma definitiva para descubrir a las nuevas plumas del noir en español.
En resumen, la Semana Negra BA 2025 fue un éxito rotundo. Como participante me encantó el placer de atestiguar esta marea de intriga y talento de esta edición que, con una curaduría impecable, posicionó a Buenos Aires en el mapa mundial del género negro.
El festival cerró su telón con una explosión de calidad. Sin duda, fue una experiencia que superó todas las expectativas y que nos obliga a marcar en el calendario la próxima edición. ¡Nos vemos en la Semana Negra BA 2026!